La pérdida de apetito y peso en pacientes con cáncer es frecuente y compleja, pero abordable. Isidora Sánchez, nutricionista de Oncovida, ofrece recomendaciones prácticas para combatir este problema y mejorar la calidad de vida durante el tratamiento.
¿Por qué ocurre la pérdida de apetito en pacientes oncológicos?
La anorexia o pérdida de apetito es muy común en los pacientes con cáncer debido a múltiples factores. Según Isidora Sánchez, “los pacientes suelen rechazar alimentos por alteraciones en el sabor, olores fuertes, dificultad para masticar o tragar, fatiga o problemas gastrointestinales causados por tratamientos como cirugía, quimioterapia y radioterapia. En casos avanzados, las anormalidades metabólicas y hormonales relacionadas al tumor también juegan un rol importante”.
Riesgos asociados a la pérdida de peso significativa
Nuestra especialista explica que la malnutrición impacta directamente en la calidad de vida, la sobrevida y aumenta los costos de atención en salud. “Un síndrome particularmente grave es la caquexia cancerosa, caracterizada por pérdida severa de peso, anorexia, debilidad muscular, reducción del sistema inmunológico, aumento del estrés psicológico, interrupción del tratamiento y mayor mortalidad. El grado de caquexia está directamente relacionado con una menor supervivencia, peor respuesta a tratamientos y peor estado general del paciente”.

También te puede interesar:
¿Cuándo debemos preocuparnos por la pérdida de peso?
Sánchez señala signos claros de alerta:

Pérdida de peso superior al 5% en los últimos 6 meses (sin inanición).

Índice de masa corporal (IMC) menor a 20 kg/m² con pérdida de peso superior al 2%.

Índice de masa muscular apendicular compatible con sarcopenia y cualquier grado de pérdida superior al 2%.
“Esta situación afecta hasta un 25% de pacientes desde etapas tempranas y hasta un 80% en fases avanzadas, variando según el tipo de cáncer y la edad del paciente. Aquellos con cáncer gastrointestinal, de cabeza, cuello, hígado y pulmón tienen mayor riesgo”, explica la experta.
¿Qué alimentos priorizar cuando hay poco apetito?
Isidora es enfática: “Se recomienda priorizar alimentos de alto valor nutricional, ricos en proteínas y densos en calorías, y consumirlos en porciones pequeñas, pero frecuentes. Es importante evitar restricciones innecesarias y adaptar la alimentación a los síntomas que presenta cada paciente”. Además, Sánchez aconseja buscar la orientación de un nutricionista para personalizar la dieta y considerar suplementos nutricionales cuando sea necesario.

También te puede interesar:
Estrategias prácticas para mejorar el apetito
Isidora Sánchez entregar valiosa información para controlar síntomas gastrointestinales comunes como xerostomía, vómitos, diarrea, estreñimiento, disfagia, mucositis, alteraciones del sabor, acidez, náusea o distensión abdominal.
¿Qué hacer?

Mantener una buena higiene oral.

Preferir alimentos adaptados a condiciones específicas (texturas suaves, homogéneas).

Utilizar alimentos enriquecedores para suplir nutrientes carenciales o deficitarios (carbohidratos, lípidos, proteínas, vitaminas, minerales).
Errores frecuentes de cuidadores y familiares
Un error común señalado por Sánchez es forzar al paciente a comer más allá de su apetito, generando ansiedad, náuseas y sentimientos negativos. Los cuidadores deben comprender que la inapetencia forma parte del proceso y no significa una mala atención.
Importancia de la hidratación y uso adecuado de suplementos nutricionales
Una buena hidratación es clave para mantener el apetito y mejorar la tolerancia al tratamiento. Consumir líquidos suficientes diariamente ayuda a reducir la toxicidad de tratamientos como la quimioterapia y repone pérdidas por vómitos o diarrea.
El uso de suplementos nutricionales puede ser controvertido. Aunque pueden disminuir la ansiedad del paciente y cuidador, en algunos casos pueden reducir el apetito para comidas regulares. Sánchez recomienda su uso específicamente en pacientes con dificultad para consumir sólidos y que mantengan apetito, preferentemente entre comidas principales y antes de acostarse.
¿Qué aporta el acompañamiento profesional?
El acompañamiento de nutricionistas permite personalizar y adaptar la dieta según síntomas específicos (anorexia, disgeusia, xerostomía, disfagia, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento), proporcionando un seguimiento mensual adecuado en pacientes con pérdida constante de peso.

Consejos prácticos para familiares y cuidadores
Sánchez recomienda crear un ambiente agradable y tranquilo para comer, respetar el cansancio del paciente y utilizar aromas agradables. Es preferible utilizar alimentos fríos, condimentos suaves y métodos de cocción sencillos. Las porciones deben ser moderadas para evitar sobrecargar al paciente.
Cada paciente tiene necesidades nutricionales específicas, y la intervención nutricional temprana y personalizada mejora la calidad de vida, la tolerancia al tratamiento y reduce complicaciones. Sánchez enfatiza la importancia de evaluar y actuar sobre el estado nutricional desde el diagnóstico inicial para optimizar los resultados del tratamiento oncológico.

¡Agenda ya con nuestra nutricionista!