Lo más importante es saber que cada paciente tiene necesidades específicas y que nunca hay que seguir recomendaciones generales. ¡Sigue leyendo este interesante contenido!
¿Estás en tratamiento oncológico? ¡Consulta a un especialista y aliméntate correctamente!
Es un hecho. Cada paciente oncológico presenta necesidades nutricionales únicas y específicas. La alimentación juega un papel crucial en su bienestar y recuperación, y por ello es esencial no generalizar ni seguir consejos que no vengan de un profesional.
Desde necesitar un incremento en la ingesta de ciertos alimentos, hasta la disminución de otros, cada plan dietético se debe personalizar para satisfacer las necesidades individuales del paciente. Por ello, es imprescindible consultar con un especialista en nutrición. Este profesional tiene el conocimiento y la experiencia para elaborar un plan de alimentación balanceado y adecuado a tus necesidades. ¡No dudes en buscar la guía de un especialista para obtener el mejor consejo nutricional posible en tu camino hacia la recuperación!
Hay pacientes que -según su condición y tratamiento-, necesitarán más ingesta de proteínas y otros, de calorías. También puede darse el escenario opuesto o complementario, por lo que es fundamental consultar siempre con un experto.
Si ya consultaste con un experto y te aconsejó agregar más proteínas a tus platos, hoy te damos algunas recomendaciones, que te recordamos NO seguir, si NO fueron indicadas por un nutricionista.
¿Cómo agregar más proteínas a tus platos?
- Queso duro o medio suave: Rallarlo y espolvorearlo en: sopas, salsas, platos al horno, verduras, puré de papas, arroz, fideos, y pasteles de carne, puede ser una excelente opción.
- Queso fresco y ricotta: Puedes mezclarlo o usarlo para rellenar frutas y verduras, o añadirlo a los platos al horno, espaguetis, fideos, y tortillas.
- Leche y leche instantánea en polvo sin grasa: Considera usarlas en lugar de agua al preparar bebidas y al cocinar. Puedes añadirlas a la leche y a bebidas de leche, así como a platos al horno, pan, salsas, sopas de crema, puré de papas, macarrones con queso, flan y otros postres a base de leche.
- Polvo de proteína: Este puede ser mezclado con leche, helado y frutas para preparar batidos cargados de proteínas.
- Huevos: Son versátiles y puedes agregarlos a: ensaladas, verduras, platos al horno, flan, budín, quiches, huevos revueltos, tortillas de huevo, y masas para panqueques o pan tostado francés.
- Nueces, semillas y germen de trigo: Úsalos en lugar de migajas de pan en recetas o añádelos a platillos al horno, pan, cereales, helado, yogur, verduras, ensaladas y pan tostado.
- Mantequilla de maní: Es excelente para untar en sándwiches, pan tostado, galletas, panqueques y rebanadas de frutas.
- Carne, aves y pescado: No olvides incorporarlos en tus verduras, ensaladas, sopas, salsas, masa para bollos, tortillas de huevo, soufflés, quiches y rellenos de sándwiches.
- Legumbres y tofu: Son estupendos en platos al horno, pastas, sopas y ensaladas.
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¿Cómo agregar más calorías a tus platos?
Y, en el caso de que un nutricionista, según tu caso particular, te haya indicado sumar calorías, considera lo siguiente:
- Leche entera: Es una opción más nutritiva que la leche descremada. Úsala para mezclar con hamburguesas, pastel de carne y croquetas.
- Queso: Derrítelo sobre platillos al horno, papas y verduras. También puedes añadirlo a tus tortillas de huevo y sándwiches para darles un aporte extra de calorías.
- Granola: Úsala en tus masas para galletas y pan, o rocíala sobre verduras, yogur, helado, budín, flan y frutas. También puedes combinarla con frutos secos y nueces para tener un bocadillo nutritivo a mano.
- Frutos secos: Pasas, ciruelas, damascos, dátiles e higos secos son excelentes opciones. Puedes suavizarlas remojándolas en agua tibia y comerlas al desayuno, como postre o bocadillo. También puedes añadirlas a galletas, pan, pasteles, arroz y platos de cereales, entre otros.
- Huevos: Igual que con las proteínas, los huevos también son una excelente fuente de calorías. Añádelos a ensaladas, aderezo de ensaladas, verduras, platos al horno y carnes en crema. También puedes hacer un flan rico con huevos, leche y azúcar, o batirlos en puré de papas, puré de verduras y salsas. Recuerda siempre cocinar bien los huevos para evitar cualquier bacteria dañina.
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