Cáncer de ovario: ¿qué es y cómo prevenirlo?
Esta enfermedad es una de las más difíciles de detectar tempranamente y corresponde al octavo tumor maligno más frecuente en las mujeres. Conoce más detalles, a continuación.
El cáncer de ovario es una enfermedad que consiste en el crecimiento de células malignas en los ovarios, glándulas reproductoras que son principales fuentes de hormonas femeninas; la progesterona y el estrógeno. Dependiendo del tipo de célula, las mujeres afectadas por cáncer pueden desarrollar tres tipos de tumores: epitelial, de células germinales y del estroma. De ellos, entre el 80 y el 90% de los tumores malignos del ovario son de origen epitelial y poseen un carácter más agresivo. Es por eso que, un gran porcentaje de los casos diagnosticados de esta enfermedad, se encuentre en un estado avanzado y por ello los estadios iniciales suelen ser asintomáticos o con síntomas muy inespecíficos.
En general, este tipo de tumor tiende a desarrollarse en mujeres entre los 50 y los 70 años; es más común después de la menopausia y más frecuente en mujeres que presentan mutaciones genéticas BRCA1 o BRCA2.
¿Se puede prevenir el cáncer de ovario?
No se ha encontrado, para el cáncer de ovario, la posibilidad de una prevención primaria (vacunas), ni secundaria (diagnóstico y tratamiento de lesión preinvasora). Además, los estudios de imágenes pelvianas (Eco, RNM, TAC) o de marcadores tumores, no se han establecido como herramientas eficientes de tamizaje.
El control ginecológico anual preventivo es vital, pues puede servir como una buena interpretación de síntomas por parte del especialista, para llegar a un diagnóstico temprano y a un mejor pronóstico.
Si bien no es posible prevenir la aparición del cáncer epitelial de ovario, se han establecido algunos factores de riesgo, cuyo conocimiento puede llevar a una mejor salud general y eventualmente a evitar mayor riesgo. Entre ellos se señalan:
- Nuliparidad (no tener hijos).
- Infertilidad.
- Menarquia precoz. (primera menstruación a edad temprana)
- Menopausia tardía.
- Obesidad.
- Sedentarismo.
- Antecedentes de cáncer mamario.
A su vez, algunos factores protectores son:
- Multiparidad (tener más de un hijo).
- Amenorrea de embarazos y de lactancias.
- Consumo de anticonceptivos orales.
- La realización de una salpingectomía profiláctica u oportunística (cirugía de remoción de las trompas uterinas con preservación ovárica) en casos de histerectomía por patologías benignas.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas del cáncer de ovario son generalmente inespecíficos y tardíos. Lo más frecuente que ocurra es la detección de un aumento del volumen o tumoración a nivel de los órganos pelvianos, con hallazgo de un examen ginecológico, que el médico complementará con una ecografía ginecológica y exámenes de laboratorio (marcadores tumorales). El carácter de benigno o maligno de esta tumoración ovárica, se podrá dilucidar con el estudio histológico del tumor. Para el manejo de estos casos se recomienda la referencia a un especialista, gineco-oncólogo, capacitado para resolver adecuadamente los problemas de diagnóstico, etapificación y tratamiento en cada situación.
Por ahora se desconoce el exacto origen del cambio que lleva a la célula epitelial ovárica a desarrollar un patrón de malignidad. Se han planteado factores genéticos y se cita a la misma función propia del ovario como causales posibles. Sin embargo, los factores genéticos pueden jugar un rol de un 10% a un 15% de los casos, por lo que es importante mantener un control preventivo ginecológico anual, particularmente luego de los 50 años, y tener un conocimiento de los antecedentes familiares cancerígenos para tomar acciones preventivas.
¿Qué hacer frente a la sospecha de un cáncer de ovario?
El cáncer epitelial de ovario, tiene en Chile los beneficios que otorgan las Garantías Específicas de Salud (GES). Esto significa que, si un ginecólogo tiene la sospecha fundada de malignidad, frente a una tumoración pélvica (examen clínico, ecografías o marcadores tumorales, entre otros) tiene la obligación de informar a la paciente de esta razonable duda, orientarla respecto de su derecho de activar el GES y acerca del trámite que debe realizar ante su aseguradora (Fonasa o Isapre), para que se realice la correcta derivación.
En relación con el tratamiento, este puede ser variado y responderá a cada situación clínica. Lo importante es que debe ser conducido por profesionales altamente calificados y conformando equipos multidisciplinarios.